miércoles, 7 de mayo de 2014

Lucia la de Flor: EL DESAYUNO PERFECTO

Las rodajas de jitomate las corté perfectamente, saqué la tablita, no fue en el pretil como otras veces, las espinacas más caras de Superama se calentaban en el aceite de oliva y batí los huevos en un plato hondo. Limpié la mesa y de cuando en cuando mis ganas de llorar no se podían contener pero luego no me salían más que tres lágrimas de las cien que tenía dentro. Quité las cosas de la mesa, el letrero del Taller de Manolo con el teléfono apuntado y el servilletero de Coca Cola. Puse flores. Y claro, en el ipod estaban las canciones que tengo en mi lista de “forever songs” porque puedo oírlas muchas veces y no me cansan. Son canciones para siempre… o no lo sé ¿Algo de esta vida lo es?

                Me preparé un té e intenté por medio de este desayuno en amarme. Necesitaba amarme. Fumaba mis recuerdos y expiraba lo que ya no puede ser que en realidad no quiero que sea, pero la nostalgia del pasado o la idea de saber que algo no es futuro me llenó de sentimientos encontrados. Y en lo que pensaba todo esto se me quemó poquito el “omelette”. O no sé qué era.

                Saqué la leche y el jugo de piña y al final decidí por servirme jugo con agua como siempre lo hago pero esta vez en una copa ¿Estaba celebrando algo? Mi pijama roja con corazones blancos… blancos como lo puro que no fue lo nuestro ¿O si lo fue? Alejandro Sanz, Florence and the Machine y Babasónicos me acompañaban ¿Estaba realmente sola?

                La música no sonaba lo suficientemente fuerte como la necesitaba, quería que retumbara y que temblaran mis pulmones y vaya que me jacto que mis bocinas tienen buen volumen pero esta vez no me fue suficiente. Le picaba al botón de “más” para ver si subía acaso. Pero no, ya no hay más. Ya no hay más y mi corazón no sé si por eso estaba roto.

                Le tomé foto a mi desayuno y comí. Necesito nutrirme porque dejarme abajo sería lo peor que podría hacer. Una cosa es que me dejes tú y otra cosa que me deje yo.

                Tuve una semana pesada, mi cerebro pensaba y pensaba y a veces no sé cómo callarlo y de lunes a sábado lo llené del estupefaciente universal y entre tequila y luces y algo de humo le pedí a mi cerebro que por favor me dejara poquito, un tantito tranquila.

                Es mucha la información recibida en estos días, de mi vida, de lo que quiero, de lo que no quiero, de lo que me hace ser, de los recuerdos que me definen, de los que tienen que no definirme y no puedo controlar, de las nubes negras que llegan a mi casa y luego después se van y el sol sale diciéndome con el poder de ochenta mil rayos que la vida va a estar bien.

                Yo lo sé, no sé por qué de pronto en lapsos me preocupo por ello, no debería, no debería, no debería…

                Fue un desayuno perfecto, vaya que lo fue y lo sigue siendo, si es necesario que me ame un domingo que despierto con la noticia de que hay más besos en tu boca no sé de qué me quejo si también hay más en la mía.

                En eso apareció Amy cantando “my tears dry on their own” y pensé ¿Qué tiene eso de malo? Quisiera sacar  más lágrimas de hecho. No me salen, no me salieron nunca como debían, hay más jugo del ojo en mi cuerpo del que debería de haber pero sacarlo es una vía muy dolorosa, que quisiera vivir porque no hacerlo es más tormentoso que el dolor… ¿Qué hay peor que el dolor? Entonces pensé.

                Esta cabeza que me dio Dios no para de pensar y la velocidad con la que intento escribir no le hace justicia a todo lo que siento. Pero bueno, ni yo misma tengo coordinada la evolución de mi vida, mientras mis lágrimas salen lento y por temporadas, mi cerebro viaja a la velocidad de la luz y mi corazón intenta dormirse porque no puede con todo. ¿Cómo haber osado pedirle a la vida que camináramos juntos si ni mi propio cuerpo lo hace?

                Así que después de desayunar me serví tequila a ver si mi cuerpo se ponía en sincronía para poder escribir lo que realmente hay en mi mente, voy bien pero hay más todavía. “You have a bad day” empezó a sonar y pensé que tal vez eso era, la vida estaba pasando para que fuera así sólo que hacerlo oficial me daba miedo. Me gustaba vagar por el camino de “tal vez en un futuro todo se solucione, tal vez es sólo un reajuste, tal vez al estar separados nos demos cuenta de que lo que vivimos es un imán que nos volverá a juntar porque sí, porque no sé pensar de otra manera…”

                Pero no, todo es una aferración al pasado. Que terca soy. Mi debilidad en esta vida han sido las despedidas y para bien o para mal no me gusta que sucedan. Me da tristeza ver cómo el presente se hace pasado y luego siendo pasado no vuelve a ser presente. Aunque realmente no desearía que lo fuera. Es toda una contradicción, una de tantas de las que dije que viven en mi cerebro. Si alguien pudiera entenderlo quisiera que me lo explicara.

                Y ¿Sabes algo? Creí que yo era culpable. Soy demasiado, no soy una niña normal, vengo con el paquete de un cerebro que siempre está pensando y un alma que no deja de exagerar, un corazón con buena memoria y con la capacidad de revivir los momentos con más ¿Más qué? No sé, en todo este embrollo pensé que yo estaba mal.

                No te echo la culpa mi amor pero si de algo estoy segura es que no estaba mal. No supe amar de otra manera y cometí el error de en tanto amor dejar de hacer mi voluntad. Callarme un poco de lo que mi cerebro dice, matizar con superficialidades lo que mi corazón sentía para que no se viera tan loco de amor e intentar olvidar tus besos al mismo tiempo que los daba para que no te dieras cuenta de que no había nadie que los pudiera recordar.

                Asegurada con esa llave que yo misma me hice y no estudié yudo, me hice más nudos y algún día esto tenía que explotar. ¿En qué momento de esta historia pensé que ser yo misma era una desventaja en el amar? Hoy mientras desayunaba y como muchas otras veces ya lo había entendido me reafirmé que mi alma tiene que estar entera bajo cualquier circunstancia, pero sobre todo en el encuentro “furtivo” con cualquier alma.

                ¿Por qué ocultar lo más maravilloso que tengo? ¿Por qué asimilarme a tus caprichos donde los míos no cupieron? ¿Por qué permitir que en voz baja o con sólo gestos me estuvieras achicando para estar en un tamaño natural? Naturalmente cómodo para ti, que necesitabas que no brillara para que pudieras tú brillar.

                Necesitaría más desayunos como el de hoy para perdonarme. Para poner en sintonía a mi mente y a mi corazón. Si es que algún día eso puede lograrse.

                ¿Cómo es que algo a veces se disfraza muy bien? Hasta yo creí que era amor. ¿O lo fue? Si esto fue amor entonces mi cerebro me exigiría una razón válida para que no estuviéramos juntos. Válida dije, y con válida me refiero a una montaña más grande que el tamaño del amor que sentía por ti, una que fuera tan gigantesca que le diera sombra a mis sentimientos de tal modo que… no, ni siquiera la montaña hubiera sido válida. Cuando el amor existe ¿Hay alguna razón más válida que el amor mismo para separarse?

                Pensé eso durante meses. Tal vez la respuesta se encuentra en que tiene que ser mutuo.
                Cuando algo no es mutuo del lado donde sí lo es tiene que morirse, dejar en el pasado lo que fue y permitir que el presente no ocupe ese espacio que de todas formas está vacío de ti. A esto le llamo eutanasia del amor. Algo que viví y no se lo deseo a nadie pero a la vez, estoy a favor de ese proceso cuando una de las partes ya está muerta.

                Si mi pierna dejara de servir por una infección rara y se pusiera morada y afectara a mis otros órganos, desearía que me la cortaran. ¿Extrañaría mi pierna? Con todas las fuerzas de mis cinco deditos hasta recorrer rodilla operada, y muslos que mi papá apretaba cuando me quedaba en el carro dormida y tenía que bajarme a la escuela. Cómo me chocaba. Pero todo, cada paso hubiera extrañado si me cortaran la pierna.

                ¿Los recuerdos también se amputan? Hoy metafóricamente me desperté en urgencias, enfermeras y doctores me ponían un tanque de oxígeno y me recorrían por el pasillo de un metafórico hospital. No había nadie que me tomara la mano, estaba sola con los doctores y enfermeras en un lugar que no había conocido.

                Hablaban entre ellos como si yo no los oyera, se referían a mí en tercera persona como si ahí no estuviera y cuando menos me di cuenta me anestesiaron. Hoy en la mañana me amputaron mi amor por ti. Fue una decisión de Dios para preservar la parte que queda de mi cuerpo, como la historia de la pierna. Dios a veces amputa las partes infectadas de nosotros cuando no nos damos cuenta porque de otra forma, al no ser conscientes de nuestras estupideces, terminaríamos suicidándonos inconscientemente.

                Sedadita pude sentir que Dios no sentía feo por hacerme esto, Él estaba deseando que entendiera y sabía que en mi fuerza y en mi sabiduría que no considero pequeña, iba a entenderlo todo. No dudo le haya pedido a las enfermeras que me trataran con la mayor vulnerabilidad posible y al doctor le advirtió más de una vez que yo era su hija.

                Vaya que uno en su grande o poca conexión con Dios, el cosmos o la vida misma, a veces nos cuestan este tipo de amputaciones.

                Al levantarme estaba en mi cama, la cicatriz estaba en mi pecho, supe lo que había pasado, recobré la consciencia y al sentir el vacío de aquel lugar que ocupaba la parte infectada, aunque esté segura de que era algo que iba a podrirme toda, me dolió el hueco del espacio que ocupaba. Como buen ser humano masoquista que soy.

                ¿Le hablo a alguien? ¿Me quedo sola? Era muy de mañana mis ojos todavía no afocaban bien y no sabía qué necesitaba. Aunque sabía que un ejército de amigos llegaría a mi lado en una situación como esta, opté por hacerme de desayunar, con una invitada muy especial, conmigo, y además, para estar a la altura de la invitada, no iba a ser un desayuno cualquiera, tenía que preparar un desayuno perfecto.

                “Las rodajas de jitomate las corté perfectamente, saqué la tablita, no fue en el pretil como otras veces… las espinacas más caras de Superama se calentaban en el aceite de oliva y batí los huevos en un plato hondo… Limpié la mesa y de cuando en cuando mis ganas de llorar no se podían contener pero luego no me salían más que tres de las cien que tenía dentro. Quité cosas de la mesa y puse flores…”

A eso lo llamo hacer el amor conmigo misma. Lo hice, de pronto me sentí con las ganas de prepararme un baño, me desnudé mientras la regadera estaba sacando el agua caliente. Me vi al espejo y me encontré algo más que bonita, yo mis ojos hoy tristes, no dejaron por tristes dejar de ser mis ojos, mi cuerpo que a veces se siente sólo tampoco dejó de ser mi cuerpo, mi tono de piel trabajadora, mi pelo sucio de ayer, pero igual de bonito. Ojeras, y de pronto, me asusté, entré en un pánico indescriptible al ver algo que jamás había visto, la tremenda cicatriz vertical en medio de mi busto. Entonces la recorrí suavemente con mis manos y me miré a los ojos en el espejo pensando ¡Dios mío! ¿Entonces no lo soñé?
-POR:LUCIA LA DE FLOR.

lunes, 12 de abril de 2010

sueño 1, OJOS DE PESCADO

..Estaba yo,era un almacén o bodega con veinte o tal vez mas los pasillos con anaqueles repletos de quien sabe q cosas, yo estaba trabajando, haciendo no se que, pero trabajando.

A la salida, serian alrededor de las 7:00 pm, ese punto donde la noche y el atardecer se funden; era invierno...el cielo se veía gris y el frió enrojecía las narices, pero se podía exagerar por el aire helado q por ahí rondaba, el aire de la desgracia; su desgracia.

Caminando por el enorme estacionamiento ya vació la vi: solo supe que era ella; a quien esperaba ver. Le grite por su nombre q me encantaría recordar...ella me vio, yo acelere el paso.



Caminamos juntas pocos minutos; hablamos del clima..ella tenia mucho frío, yo no sentía el clima, sentía fuerza, poder, orgullo valentía y por un segundo, un solo segundo me permiti sentir lastima por ella.

Hubo algo q encendió eso en mi, mi mirada cambio como la de un cazador mirando detenidamente a su presa. Ella comenzo a hablar mas lento, pausado, mirándome interrumpidamente de reojo con sus pupilas dilatadas, con ese brillo de ojos de pescado; ya no sabia si temblaba de frío o de miedo..miedo a mi, a mis ojos, a la calle oscura y solitaria...miedo a morir.
Cuando sus manos comenzaron a temblar y a chocar tormente entre si, fue q lo confirme: tenia miedo...ME tenia miedo...eso me hizo sentir mas intensamente.

Desconosco el porque y sobre todo el como lo hice... solo recuerdo sus pies; blancos, limpios y cruzados dentro de esa valija.... al ir cerrando el cierre de esa valija me sentí plena, satisfecha, orgullosa...feliz.

intente en vano llevarme la valija conmigo y, no, no fue el miedo a q la gente adivinara q traía ahí un cuerpo, o el peso de la valija...simplemente, ya era tarde.

Mire a mi alrededor buscando un lugar seguro, oculto donde esconderla, comencé a caminar decidida mente..encontré el lugar perfecto: una lancha,abajo de un árbol frondoso una lancha cubierta por una lona. Fue simple y rápido: levante la lona y metí la valija dentro de la lancha, baje la lona y camine, camine tan segura, no me percate de si alguien me había visto; eso no me importaba, ni siquiera lo pese.

Al día siguiente, mientras yo hacia un esfuerzo sobrehumano por disimular mi felicidad, todos hablaban de su desaparición. Me sorprendió q nunca cupo en sus mentes la posibilidad de q ella hubiera huido, la gente estaba segura de q algo le había sucedido.
Moría de risa cuándo se ponían a especular, a intentar recrear las esenas de ese crimen ficticio en ella fue violada y acecinada. Muchas veces me sentí tentada a hablar; quería mi crédito, mi reconocimiento pero sobretodo porque me molestaban todas la estupideces q se imaginaban.

Pero mejor me calle, era un gusto culposo que quería guardar solo para mi, además sus mentes inferiores no comprenderian el placer q es matar a alguien.

Ya a la salida, e nuevo a las 7:00 pm, todos caminaban lentamente, mirando a todos lados; eran tan pateticamente paranoicos. Me esperaban cuando yo comenzaba a caminar un poco mas lento apropocito, hasta q le dije q yo ahí me quedaba... no me dejaban sola.

-Van a venir por mi-
Les dije para q se fueran, además no era mentira, alguien iría por mi.
Un carro blanco y polarizado prendió las luces, me acerque a la ventana, puse mi brazo derecho sobre el techo de el coche..no dije nada solo nos miramos...había complicidad, le hice una seña para q me siguiera y comencé a caminar.

-A donde vamos?-
Pregunto extrañado; caminamos al mismo paso con el mismo ritmo, el de mi lado izquierdo.
No le conteste, pero en cuanto vimos la lancha el supo de q se trataba.

-Aqui la puse-
lo dije tan orgullosa de mi misma, mientras comencé a intentar levantar la lona q la cubría.

-A quien?- me pregunto.

-a la q te dije q me heche el otro día-
mi voz se volvió forzada, cuando levantaba la lona q pesa aun mas por el agua cumulada de la lluvia de la noche anterior.

-Pero, porque no te la llevaste?-
me estaba regañando, como si se tratara de un error fatal (probablemente lo era), el parecía también familiarizado con el tema.

Me detuve un momento, voltee a verlo; su pregunta estaba fuera de lugar, me pareció tan estúpida q siquiera le conteste.

De nuevo ese placer me invadía, mientras iba levantando la lona para verla, ahi estaba ella, sol vi sus pies humedos por la poca agua q alcanzo a filtrarse de la lona, tenia hojas de arbol pegadas en sus pies.
La contemple unos segundos, le quite con cuidado las hojas, y voltee a ver a mi amigo, casi adivine su pregunta en sus ojos

-Y ahora como te la vas a llevar?-

Yo me había pasado todo el día haciendo me la misma pregunta, y fue hasta q el y yo nos dirijiamos a la lancha q pude encotrar la solucion, una solucion sencilla y logica, q me hizo sentir estupida de no haberla pensado antes.

-Pues mira- le dije -a mi me ponen lonche todos los dias-levante mi lonchera para argumentar mi respuesta. -Me la voy a ir llevando poco a poco y la voy a ir tirando por el inodoro-.

Mientras nos reiamos juntos, le arranque un pedaso de muslo.

viernes, 26 de febrero de 2010

tic...toc..tic..toc

aqui esperando, y esta vez no hare mas que esperar. No existen formas ni medios correctos; lo correcto es la libertad.
Mi libertad anteriormente habia elegido la forma correcta, buscando el medio que me llevara...
no resulto!!! no resulto correcto para mi.
Y aun asi creo en el medio; la forma es la varibale.
Mi libertad ah elegido esperar, solo esperar. Pero la espera tambien se disfruta: viene el sentir y solo sentir.
No esta en sus manos...esta en el tiempo..solo el tiempo
No busco ser correcta para el, soy libre: correcta para mi

La duda mata mi tranquilidad, pero me mantiene viva..me hace sentir viva

domingo, 21 de febrero de 2010

...tu....

...Y entonces no quisiste nunca mas eso, y te detuviste ante la posibilidad del dolor, lo q nunca se hace impunemente. Solo te detuviste y nada encontraste ademas de eso.

Pero mira a todos a tu alrededor y ve lo q hemos hecho de nosotros y de eso considerado como victoria nuestra de cada dia no hemos amado por encima de todas las cosas, no hemos aceptado lo q no se entiende porque no queremos pasar por tontos, hemos amontonado cosas y seguridades por no tenernos el uno al otro, no tenemos ninguna alegría que no haya sido ya catalogada, hemos construido catedrales y nos hemos quedado del lado de afuera, pues las catedrales q nosotros mismos construimos pues tememos que sean trampas. No nos hemos entregado a nosotros mismos, hemos tratado de salvarnos pero sin usar la palabra salvación para no avergonzarnos de ser inocentes. No hemos usado la palabra amor para no reconocer su contextura de odio, amor, celos y tantos otros opuestos, hemos mantenido en secreto nuestra muerte para hacer posible nuestra vida, no hemos sido puros e ingenuos para reirnos de nosotros mismos y para q al fin del día podamos decir 'al menos no fui tonto' y no quedarnos perplejos al apagar la luz, hemos llamado debilidad a nuestro candor.